Colgado de tus brazos

Esta frase, colgado de tus brazos, puede tener una doble lectura.

Jugando con este malentendido podemos dar a esta frase una lectura metafórica y otra real.

La lectura metafórica es la que corresponde a esa lectura patriarcal heteronormativa donde la ilusión de toda mujer es tener a un hombre colgado de sus brazos, o estar colgada de los brazos de un hombre. Este relato donde una mujer solo existe si es unida a un hombre. Esta fantasía se la debemos a ese ideal de amor romántico que enseña esta sociedad patriarcal, donde una mujer solo existe en tanto que perteneciente a un varón.

La lectura real, lo que vemos en la acción que os presentamos, es que colgamos a alguien del cuello de otra persona, de forma real y no metafórica. Pero en este caso subvertimos los lugares tradicionalmente ocupados por hombres y mujeres.

A lo largo de los siglos, a la mujer se la educa para que sea sumisa, obedezca los dictados del hombre, primero su padre, luego su esposo, su jefe, su profesor….

Hasta hace muy poco, la única sexualidad permitida a las mujeres era la reproducción biológica sin acceso al campo del deseo.

A lo largo de la historia cuando una mujer se rebelaba a este relato se la tachaba de bruja loca, rara, guarra o puta.. o se la casaba con dios.

Se es machista de una manera similar a la que se es racista, por un rechazo de la alteridad, de otras formas de gozar que nos parecen extrañas y que intentamos reducir a una sola forma homogénea y globalizada.

La diferencia entre hombre y mujer no es tal diferencia, en tanto no es en la genitalidad donde se funda la diferenciación sexual humana. Masculinidad y feminidad son, construcciones teóricas de contenido incierto. Todo se construye en el ser humano.

El objetivo de esta performance-instalación es introducir un cuestionamiento a las posiciones asignadas a hombres y a mujeres y a los semblantes asumidos por cada uno de ellos, como masculinas y femeninas, así como cuestionar el lugar del deseo para cada cual.

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