El olvido está lleno de memoria

En este trabajo investigo sobre el recuerdo individual y el colectivo, la memoria y el olvido…

Todos intentamos guardar nuestros recuerdos conservando objetos ligados a ellos. Aunque una joya sea un objeto material, su “valor” se halla en su carácter de objeto simbólico porque despierta recuerdos o sentimientos.

 Cuando vemos una fotografía extraña, sin quererlo, algo de nuestro inconsciente se identifica con ella: no vemos ya algo desconocido, sino que asoman atisbos de nuestra vida y nuestras imágenes personales

He recurrido a mi biografía, desde una visión de género, intentando establecer una comunicación entre memoria individual y colectiva, entre mi memoria y el recuerdo de la persona que lo observa, intentando unir en una misma obra – como en el lenguaje-  real, simbólico, imaginario y sentido oculto.

Para ello he utilizando imágenes y objetos-que pertenecían a las personas que aparecen en las imágenes-.

Mirar una vieja fotografía, un antiguo bordado…, como los que utilizo en este trabajo, nos permite acercarnos a elementos que permanecen: la naturaleza humana compartida, la demostración de valores e identidades, una estética y un lenguaje compartido…

Quisiera que observar estos broches fuera como abrir ese desván donde conservamos los tebeos que leíamos de niños, esa carta borrosa, la flor marchita, la arena de aquel desierto, en fin…nuestras joyas.

Las imágenes no son inocentes, desde el encuadre, el motivo, las personas que posan, los objetos que aparecen… La visión patriarcal y los estereotipos de género están presentes en la fotografía desde sus inicios. Por eso esta colección incide en cómo se nos va transmitiendo el patriarcado, incluso desde antes de nuestro nacimiento.

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Broche realizado por encargo